El pasado 7 de Diciembre, el Lorca despidió una nueva cohorte de egresados de los tres quintos años. Compartimos con nuestra comunidad educativa algunas fotos del evento y los discursos que los profesores les dedicaron a cada uno de los cursos.
¡Fiesta de la espuma!
LOS DISCURSOS DE DESPEDIDA
Prof. Amorina Gorgni y Prof. Pablo Frisch (5to 3era)
Estimadísima comunidad educativa: purretes, purretas, jóvenes
y jóvenas, familia, docentes, preceptores, auxiliares y directivos.
Promoción 2012, hicieron pochoclo.
Y es que cuando se hace pochoclo, se brota con alegría, pura
fiesta.
Y en esto estamos involucrados todos. Ustedes, familia;
ustedes, pibes; nosotros, escuela. Nosotros, todos. Y en esto nos gustaría
hacer una aclaración, cuando decimos nosotros, estamos diciendo ustedes y
nosotros, en conjunto. Porque esa es nuestra idea de trabajo y aprendizaje: creemos
que el conocimiento es una construcción de miradas que se encuentran, repelen,
consensuan, un encuentro
entre generaciones y entre personas.
Y ustedes esto lo saben bien, porque durante estos cinco años
han tenido que lidiar con toda una serie de personajes que entendemos la
realidad, la ciencia, el arte, la educación, la política y la vida en general
desde enfoques distintos… muchas veces complementarios, otras contrapuestos. Y
no les quedó otra, se han tenido que adaptar a distintas propuestas, formas de
trabajo y de evaluación. Se trata nada menos que de una pequeña muestra de la
complejidad del mundo en el que vivimos y eso, para nosotros, es de los más saludable.
Porque ustedes también
son todos distintos entre sí. De pronto se nos da por preguntarles cómo
definirían a la escuela en una palabra y uno tira “una cárcel”… otro “un
loquero”… y otro que te dice que es “una fiesta”… ¿están hablando de la misma
escuela? Claro que sí! Porque esta escuela es todo eso… y mucho más también.
Y entramos al aula,
una mañana de frío, por ejemplo.
Y ya hay unos mates y
un pan con nueces que-te-la-cuento, preparando el ambiente para el intercambio.
Y, entonces, uno que
anda con poco tiempo le pregunta a las purretas ¿en dónde lo comprás?
Y las muchachas en cuestión, con gesto entre
orgulloso e indignado responden, no profe, lo hacemos nosotras. Amasamos
nuestro pan.
Y uno, entonces, se da
cuenta de que anda pochocleando la moceada. Porque ya saben que hay tiempos que
dedicarse para no caer en lógicas de mercado: trabajar más horas para no tener
que amasar el propio pan. Je.
O, por caso, ya promediando el año, un grupo de trabajo
sostiene soberana discusión sobre las actividades que debe hacer cada
integrante para cumplir con los plazos. Entonces, uno que es docente y quiere
evitar el conflicto, intenta mediar. Y mientras va en esa dirección, a la voz
de un ¿qué pasa muchachos? Un brazo se extiende mostrando la palma de frente
por toda respuesta. Pero ese brazo tiene voz “no, no profe, no es con usted, estamos
resolviendo nosotros”. Y volvemos a entender que hizo pochoclo. Que ya, algunos
más, otros menos, laburan solos. Y que estamos en presencia del codiciado
trabajo autónomo.
O, de pronto, los que estaban en clase, adormilados o
barajando acordes en guitarras o percutiendo el banco con la birome. Sí, esos
que andan callados y que no toman apuntes. Y entonces, uno se acerca para ver
cómo van a resolver el trabajo anual de investigación, porque seguro, seguro
que no va a llegar, oime, toca la guitarra – hay fotos en las que un docente
intenta acribillarlo con el instrumento en cuestión- se pinta las uñas de
negro, otro tiene el pelo largo, seguro, seguro que no hacen nada. Y cuando uno
se acerca, resulta que los purretes quieren trabajar con las causas de la
crisis del 2001, y específicamente con la representación de época y las
consecuencias que se pueden palpar discursivamente. Tomá mate, otros que
hicieron pochoclo. Tan calladitos que parecían. Entonces, uno se da cuenta de
que la representación que tenemos los profes de los alumnos pide revisión
constante. Que ser alumno no implica tener el cuerpo en determinada posición,
la carpeta abierta, la vista al frente y la cartuchera ordenada. No, si
nosotros, los profes, a veces, también pochocleamos.
Y entonces, cuando se nos da por analizar junto a ustedes el
funcionamiento de la escuela desde la perspectiva de los dispositivos y
tecnologías de podercon la teoría de Foucault en la mano, nos damos cuenta de
cuánto de todo eso que criticamos, en realidad lo seguimos reproduciendo sin
darnos cuenta: apercibimientos disciplinarios, análisis estadísticos y cifras
globales en clave biopolítica… y la clásica interpelación del tipo “hay que
esforzarse, che” que el francesito denominaba tecnologías del yo. Y entonces
salta una y te dice: “Todo esto para fabricar los esclavitos del futuro”…
Pochoclo emancipador!
Hay otros momentos, en los que nos vienen a la memoria otras
situaciones compartidas, llegando al aula, desensillando y en el mientras tanto
que se acomodan, mirarlos. Y de pronto, hay una que anda triste. Acercarnos
como podemos, porque esa, no es tristeza liviana. Y la piba se afloja y nos
cuenta que algo anda muy mal allá afuera. Y eso nos duele. Pero ver cómo compañeros, amigos, pibes de otros
cursos, se acercan en el recreo y contienen, alivia. Entonces, siguen haciendo
pochoclo, porque andan viviendo, y cuando toca la fea, aprietan los dientes y
siguen para adelante y confían y se cuidan.
O, el que entra más
tarde a clase porque hay hermanos
para llevar al colegio, y encima después de la escuela hay que laburar. Ese ya
brotó, pochoclo del bueno. Y nos honra que sea nuestro pibe.
Hay cosas que ya empezaron a florecer cuando para el acto del
25 de Mayo se nos ocurrió hacer un video en el que los sentamos a debatir
acerca de qué es una revolución y qué cosas habría que revolucionar en nuestra
sociedad… Sus reflexiones nos dejaron patitiesos… impresionantes!!!
Y después de todo un año quemándoles la cabeza con el tema
del capitalismo, la lucha de clases, la democracia, la hegemonía, las
tecnologías de poder y la política, su ensayos demuestran que son capaces de
analizar críticamente una serie de textos difíciles, desarrollar y fundamentar
sus propias opiniones, y plantear cosas que ni se le habían pasado por la
cabeza al profe y que son recontra importantes…
pochoclo inesperado y sorprendente!
Otras veces, vuelven a la memoria preguntas y diálogos que
van a ser recurrentes en nuestro porvenir – y recuerden que cuando decimos nuestro
estamos diciendo el de ustedes y el nuestro-. “Hay que sistematizar encuestas
muchachos” les digo. Más o menos les explico, vamos a pasarlo a Excel, pero hay
funciones que me las llevé a marzo y entonces aparece la piojita que sabe
porque su mamá hace encuestas, y entonces se ofrece a ayudar a sus compañeros.
Y menos mal que fue así. Y entonces, hay un reposicionamiento de roles.
Nosotros aprendemos, pero además, ustedes toman la posta, la responsabilidad y
hasta que no quede bien clarito, no aflojan la explicación.
Y también largas y acaloradas discusiones que se comen los
recreos después de la clase, porque el aborto sí, el aborto no, las
discriminaciones, las adicciones, las despenalizaciones, la trata de personas.
Y entonces, nos damos cuenta de que algo anda mal, porque los chicos sólo
trabajan por la nota.
O, acaso, algo ande muy bien. Acaso, estén brotando
apasionadamente. Acaso sea una fiesta.
Y lo fue, porque hasta el más rezagado, viéndonos en
diciembre del año pasado y escuchándolo decir que él no iba a poder, que el
trabajo era imposible, verle la sonrisa y la ansiedad porque le leyera el trabajo,
y la satisfacción de lo que logró hizo que el tiempo compartido fuera una
fiesta.
Pero la gran pochocleada fue este año, con la toma del
colegio. Porque si el año pasado andaban madurando, en este les dio el sol de
pleno. Ustedes saben, hay como temáticas que los profesores adoptamos como
caballos de Troya para entrarle a los pibes. Pero, nos volvieron a despabilar.
Un ciclo de cine que tendría como primer
tema el consumismo. Desescolarizaron temáticas, trajeron aires nuevos. Se
hicieron escuchar, escucharon, tomaron decisiones, asumieron responsabilidades,
repartieron el trabajo, organizaron, trabajaron, lucharon –que no es lo mismo-.
Y algunos profes dijeron: a estos pibes, cuando salgan al ruedo laboral, no los
van a poder doblegar. Entonces, es una fiesta.
Ustedes sabrán disculpar pero no nos salía un discurso sobre
lo que deberían hacer o de lo que les
espera allá afuera. Quisimos hacerles saber
que no son un cifra de esta sociedad de control, queríamos que se vieran en la
singularidad de lo que son como personas y como grupo.
Estamos profunda y sinceramente agradecidos por habernos
cruzado con ustedes. Ha sido un honor muchachos. Y una fiesta.
Prof. Carlos Yaryour (5to 2da)
Quisiera comenzar estas breves palabras, con un especial
agradecimiento a ustedes chicos por haberme dado la oportunidad de expresar
este mensaje que sin duda, representa para mí un verdadero honor y al mismo
tiempo…. Un desafío.
No es tarea fácil, homenajearlos y despedirlos en un mismo
acto… encontrar el equilibrio entre la tristeza y la alegría y tal vez, es para
mí el mayor reto, lograr que algo de estos minutos quede grabado en un más allá
de hoy.
Los invito a cerrar esta etapa, mirando los nuevos desafíos y
obstáculos que deberán abordar, como una oportunidad para superarse como personas,
estudiantes y ciudadanos.
Los invito a cumplir sus sueños para insertarse y participar
de la actual sociedad.
Los invito a soñar para que puedan realizar acciones que
siempre estén orientadas a perseverar en la construcción de un mundo mejor para
cada unos de ustedes.
Los invito a estudiar y trabajar con esfuerzo y dedicación en
pro de sus metas y anhelos.
No olviden que la vida es un cotidiano aprender. Es imposible
atravesarla sin que un trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause
decepción, sin cometer errores…
Crecemos cuando aceptamos la realidad y asumimos el
compromiso para vivirla. Cuando aceptamos su destino, pero tenemos la voluntad
de trabajar para cambiarlo.
Crecemos asimilando lo que dejamos por detrás, construyendo
lo que tenemos por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.
Crecemos cuando abrimos caminos dejando huellas y asimilando
experiencias; cuando nos imponemos metas, sin importar comentarios negativos ni
prejuicios, cuando damos ejemplo sin importar burlas ni desprecios.
Crecemos ayudando a otros, conociéndonos a nosotros mismos y
dándole a la vida más de lo que recibimos.
Crecemos cuando nos plantamos con tenacidad para no retroceder…
Los invito a reconocer que la recompensa a todo esto, se
encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es…. Una
victoria completa.
Por último, Bárbara, Barbie, Brenda, Camila, Celeste, Diana,
Erika, Macarena, Tamara, Vanesa, Jonathan,
Shonses, Matías y a vos Pedro los invito a que siempre recuerden esta frase:
“Nunca habrá vientos favorables para el que no sabe a dónde va”. Por eso, desde
lo más profundo de mi corazón los invito a que busquen la dirección de sus
vidas… con sabiduría, imaginación y por sobre todo…. Con plena libertad.
Prof. Adriana Dalia (5to 1era)
Una despedida,
cualquier despedida suele ser triste. No obstante, en la vida las despedidas
producen sentimientos contrariados y esta despedida es especial cierran el
ciclo los egresados 2012, se trata de una separación después de cinco años de
haber compartido muchas horas de vida en común amigos, alumnos y profesores.
Nos detenemos en
este punto de finalización de una etapa y de inicio de otra, a partir de hoy
cada uno emprende su rumbo propio, sale en busca de su propia luz.
Esta noche
queridos alumnos, les invito a luchar a cada uno por la meta que se han fijado,
a dar el gran salto, a encontrarse a si mismos, a ser ciudadanos libres, a
tener memoria, les invito a caminar y dejar huellas camino tras camino para que
otros las continúen.
No se dejen
vencer por el desaliento, no permitan que nadie les quite el derecho a
expresarse, no traicionen sus creencias, piensen que Uds. son el futuro, no
dejen nunca de soñar, valoren la belleza de las cosas simples, sean felices y
abran sus alas comience ya a volar.
HASTA PRONTO
QUERIDOS ALUMNOS.