18 de diciembre de 2012

¡Nuestros egresados 2012!

El pasado 7 de Diciembre, el Lorca despidió una nueva cohorte de egresados de los tres quintos años. Compartimos con nuestra comunidad educativa algunas fotos del evento y los discursos que los profesores les dedicaron a cada uno de los cursos. 







¡Fiesta de la espuma!


LOS DISCURSOS DE DESPEDIDA

 Prof. Amorina Gorgni y Prof. Pablo Frisch  (5to 3era)



Estimadísima comunidad educativa: purretes, purretas, jóvenes y jóvenas, familia, docentes, preceptores, auxiliares y directivos.
Promoción 2012, hicieron pochoclo.

Y es que cuando se hace pochoclo, se brota con alegría, pura fiesta.
Y en esto estamos involucrados todos. Ustedes, familia; ustedes, pibes; nosotros, escuela. Nosotros, todos. Y en esto nos gustaría hacer una aclaración, cuando decimos nosotros, estamos diciendo ustedes y nosotros, en conjunto. Porque esa es nuestra idea de trabajo y aprendizaje: creemos que el conocimiento es una construcción de miradas que se encuentran, repelen, consensuan, un encuentro 
entre generaciones y entre personas.

Y ustedes esto lo saben bien, porque durante estos cinco años han tenido que lidiar con toda una serie de personajes que entendemos la realidad, la ciencia, el arte, la educación, la política y la vida en general desde enfoques distintos… muchas veces complementarios, otras contrapuestos. Y no les quedó otra, se han tenido que adaptar a distintas propuestas, formas de trabajo y de evaluación. Se trata nada menos que de una pequeña muestra de la complejidad del mundo en el que vivimos y eso, para nosotros, es de los más saludable.

Porque ustedes también son todos distintos entre sí. De pronto se nos da por preguntarles cómo definirían a la escuela en una palabra y uno tira “una cárcel”… otro “un loquero”… y otro que te dice que es “una fiesta”… ¿están hablando de la misma escuela? Claro que sí! Porque esta escuela es todo eso… y mucho más también.

Y entramos al aula, una mañana de frío, por ejemplo.
Y ya hay unos mates y un pan con nueces que-te-la-cuento, preparando el ambiente para el intercambio.

Y, entonces, uno que anda con poco tiempo le pregunta a las purretas ¿en dónde lo comprás?
 Y las muchachas en cuestión, con gesto entre orgulloso e indignado responden, no profe, lo hacemos nosotras. Amasamos nuestro pan.

Y uno, entonces, se da cuenta de que anda pochocleando la moceada. Porque ya saben que hay tiempos que dedicarse para no caer en lógicas de mercado: trabajar más horas para no tener que amasar el propio pan. Je.

O, por caso, ya promediando el año, un grupo de trabajo sostiene soberana discusión sobre las actividades que debe hacer cada integrante para cumplir con los plazos. Entonces, uno que es docente y quiere evitar el conflicto, intenta mediar. Y mientras va en esa dirección, a la voz de un ¿qué pasa muchachos? Un brazo se extiende mostrando la palma de frente por toda respuesta. Pero ese brazo tiene voz  “no, no profe, no es con usted, estamos resolviendo nosotros”. Y volvemos a entender que hizo pochoclo. Que ya, algunos más, otros menos, laburan solos. Y que estamos en presencia del codiciado trabajo autónomo.

O, de pronto, los que estaban en clase, adormilados o barajando acordes en guitarras o percutiendo el banco con la birome. Sí, esos que andan callados y que no toman apuntes. Y entonces, uno se acerca para ver cómo van a resolver el trabajo anual de investigación, porque seguro, seguro que no va a llegar, oime, toca la guitarra – hay fotos en las que un docente intenta acribillarlo con el instrumento en cuestión- se pinta las uñas de negro, otro tiene el pelo largo, seguro, seguro que no hacen nada. Y cuando uno se acerca, resulta que los purretes quieren trabajar con las causas de la crisis del 2001, y específicamente con la representación de época y las consecuencias que se pueden palpar discursivamente. Tomá mate, otros que hicieron pochoclo. Tan calladitos que parecían. Entonces, uno se da cuenta de que la representación que tenemos los profes de los alumnos pide revisión constante. Que ser alumno no implica tener el cuerpo en determinada posición, la carpeta abierta, la vista al frente y la cartuchera ordenada. No, si nosotros, los profes, a veces, también pochocleamos.

Y entonces, cuando se nos da por analizar junto a ustedes el funcionamiento de la escuela desde la perspectiva de los dispositivos y tecnologías de podercon la teoría de Foucault en la mano, nos damos cuenta de cuánto de todo eso que criticamos, en realidad lo seguimos reproduciendo sin darnos cuenta: apercibimientos disciplinarios, análisis estadísticos y cifras globales en clave biopolítica… y la clásica interpelación del tipo “hay que esforzarse, che” que el francesito denominaba tecnologías del yo. Y entonces salta una y te dice: “Todo esto para fabricar los esclavitos del futuro”… Pochoclo emancipador!
Hay otros momentos, en los que nos vienen a la memoria otras situaciones compartidas, llegando al aula, desensillando y en el mientras tanto que se acomodan, mirarlos. Y de pronto, hay una que anda triste. Acercarnos como podemos, porque esa, no es tristeza liviana. Y la piba se afloja y nos cuenta que algo anda muy mal allá afuera. Y eso nos duele. Pero  ver cómo compañeros, amigos, pibes de otros cursos, se acercan en el recreo y contienen, alivia. Entonces, siguen haciendo pochoclo, porque andan viviendo, y cuando toca la fea, aprietan los dientes y siguen para adelante y confían y se cuidan.

O, el que entra más  tarde a clase  porque hay hermanos para llevar al colegio, y encima después de la escuela hay que laburar. Ese ya brotó, pochoclo del bueno. Y nos honra que sea nuestro pibe.
Hay cosas que ya empezaron a florecer cuando para el acto del 25 de Mayo se nos ocurrió hacer un video en el que los sentamos a debatir acerca de qué es una revolución y qué cosas habría que revolucionar en nuestra sociedad… Sus reflexiones nos dejaron patitiesos…  impresionantes!!!
Y después de todo un año quemándoles la cabeza con el tema del capitalismo, la lucha de clases, la democracia, la hegemonía, las tecnologías de poder y la política, su ensayos demuestran que son capaces de analizar críticamente una serie de textos difíciles, desarrollar y fundamentar sus propias opiniones, y plantear cosas que ni se le habían pasado por la cabeza al profe y que son recontra importantes…  pochoclo inesperado y sorprendente!

Otras veces, vuelven a la memoria preguntas y diálogos que van a ser recurrentes en nuestro porvenir – y recuerden que cuando decimos nuestro estamos diciendo el de ustedes y el nuestro-. “Hay que sistematizar encuestas muchachos” les digo. Más o menos les explico, vamos a pasarlo a Excel, pero hay funciones que me las llevé a marzo y entonces aparece la piojita que sabe porque su mamá hace encuestas, y entonces se ofrece a ayudar a sus compañeros. Y menos mal que fue así. Y entonces, hay un reposicionamiento de roles. Nosotros aprendemos, pero además, ustedes toman la posta, la responsabilidad y hasta que no quede bien clarito, no aflojan la explicación.

Y también largas y acaloradas discusiones que se comen los recreos después de la clase, porque el aborto sí, el aborto no, las discriminaciones, las adicciones, las despenalizaciones, la trata de personas. Y entonces, nos damos cuenta de que algo anda mal, porque los chicos sólo trabajan por la nota.
O, acaso, algo ande muy bien. Acaso, estén brotando apasionadamente. Acaso sea una fiesta.
Y lo fue, porque hasta el más rezagado, viéndonos en diciembre del año pasado y escuchándolo decir que él no iba a poder, que el trabajo era imposible, verle la sonrisa y la ansiedad porque le leyera el trabajo, y la satisfacción de lo que logró hizo que el tiempo compartido fuera una fiesta.

Pero la gran pochocleada fue este año, con la toma del colegio. Porque si el año pasado andaban madurando, en este les dio el sol de pleno. Ustedes saben, hay como temáticas que los profesores adoptamos como caballos de Troya para entrarle a los pibes. Pero, nos volvieron a despabilar. Un ciclo de cine que  tendría como primer tema el consumismo. Desescolarizaron temáticas, trajeron aires nuevos. Se hicieron escuchar, escucharon, tomaron decisiones, asumieron responsabilidades, repartieron el trabajo, organizaron, trabajaron, lucharon –que no es lo mismo-. Y algunos profes dijeron: a estos pibes, cuando salgan al ruedo laboral, no los van a poder doblegar. Entonces, es una fiesta.

Ustedes sabrán disculpar pero no nos salía un discurso sobre lo que deberían hacer o  de lo que les espera allá afuera.  Quisimos hacerles saber que no son un cifra de esta sociedad de control, queríamos que se vieran en la singularidad de lo que son como personas y como grupo.

Estamos profunda y sinceramente agradecidos por habernos cruzado con ustedes. Ha sido un honor muchachos. Y una fiesta. 

Prof. Carlos Yaryour (5to 2da)


Quisiera comenzar estas breves palabras, con un especial agradecimiento a ustedes chicos por haberme dado la oportunidad de expresar este mensaje que sin duda, representa para mí un verdadero honor y al mismo tiempo…. Un desafío.

No es tarea fácil, homenajearlos y despedirlos en un mismo acto… encontrar el equilibrio entre la tristeza y la alegría y tal vez, es para mí el mayor reto, lograr que algo de estos minutos quede grabado en un más allá de hoy.

Los invito a cerrar esta etapa, mirando los nuevos desafíos y obstáculos que deberán abordar, como una oportunidad para superarse como personas, estudiantes y ciudadanos.

Los invito a cumplir sus sueños para insertarse y participar de la actual sociedad.

Los invito a soñar para que puedan realizar acciones que siempre estén orientadas a perseverar en la construcción de un mundo mejor para cada unos de ustedes.

Los invito a estudiar y trabajar con esfuerzo y dedicación en pro de sus metas y anhelos.

No olviden que la vida es un cotidiano aprender. Es imposible atravesarla sin que un trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin cometer errores…

Crecemos cuando aceptamos la realidad y asumimos el compromiso para vivirla. Cuando aceptamos su destino, pero tenemos la voluntad de trabajar para cambiarlo.

Crecemos asimilando lo que dejamos por detrás, construyendo lo que tenemos por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.

Crecemos cuando abrimos caminos dejando huellas y asimilando experiencias; cuando nos imponemos metas, sin importar comentarios negativos ni prejuicios, cuando damos ejemplo sin importar burlas ni desprecios.

Crecemos ayudando a otros, conociéndonos a nosotros mismos y dándole a la vida más de lo que recibimos.

Crecemos cuando nos plantamos con tenacidad para no retroceder…

Los invito a reconocer que la recompensa a todo esto, se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es…. Una victoria completa.
Por último, Bárbara, Barbie, Brenda, Camila, Celeste, Diana, Erika, Macarena, Tamara,  Vanesa, Jonathan, Shonses, Matías y a vos Pedro los invito a que siempre recuerden esta frase: “Nunca habrá vientos favorables para el que no sabe a dónde va”. Por eso, desde lo más profundo de mi corazón los invito a que busquen la dirección de sus vidas… con sabiduría, imaginación y por sobre todo…. Con plena libertad.


Prof. Adriana Dalia (5to 1era)


Una despedida, cualquier despedida suele ser triste. No obstante, en la vida las despedidas producen sentimientos contrariados y esta despedida es especial cierran el ciclo los egresados 2012, se trata de una separación después de cinco años de haber compartido muchas horas de vida en común amigos, alumnos y profesores.

Nos detenemos en este punto de finalización de una etapa y de inicio de otra, a partir de hoy cada uno emprende su rumbo propio, sale en busca de su propia luz.

Esta noche queridos alumnos, les invito a luchar a cada uno por la meta que se han fijado, a dar el gran salto, a encontrarse a si mismos, a ser ciudadanos libres, a tener memoria, les invito a caminar y dejar huellas camino tras camino para que otros las continúen.

No se dejen vencer por el desaliento, no permitan que nadie les quite el derecho a expresarse, no traicionen sus creencias, piensen que Uds. son el futuro, no dejen nunca de soñar, valoren la belleza de las cosas simples, sean felices y abran sus alas comience ya a volar.

HASTA PRONTO QUERIDOS ALUMNOS.